Como está creciendo para convertirse en planta, el ajo germinado tiene más vitaminas y más proteínas. También aumenta su poder regenerativo y revitalizante...
Es muy habitual que al comprar ajos y no utilizarlos tan pronto como pensábamos, acaben germinando en nuestra cocina. ¿Qué sueles hacer en estos casos? ¿Tiras siempre a la basura los ajos germinados? Si es así, debes saber que estás perdiéndote unos grandes beneficios que no todo el mundo conoce y que vale la pena tener en cuenta.
La Asociación Americana de Química realizó hace poco un interesante estudio donde nos explicaban todas las propiedades de los ajos germinados, algo que se venía poniendo en práctica desde la antigüedad pero que ahora ya no valoramos tanto.
Descubre con nosotros todo lo que puede hacer por tu salud el ajo germinado… ¡Y no vuelvas a tirarlos a la basura!*
Propiedades de los ajos germinados
Es muy frecuente que, cuando el ajo inicia el proceso de germinación, lo veamos como algo incómodo y optemos siempre por desecharlos. ¿Cómo vamos a consumir un ajo que está ya convirtiéndose en planta? Piensa la mayoría de las personas. Bien, a partir de ahora ten muy en cuenta estos datos antes de desprenderte de los ajos germinados. ¡Tu salud lo va a agradecer!
1. Los ajos germinados tienen más poder antioxidante que los ajos normales
Como ya sabes, el ajo es ese aliado medicinal que fortalece nuestro sistema inmunológico y que nos defiende de muchas enfermedades. Nos depura, es un potente antibiótico natural y, además, nos aporta un gran número de vitaminas y minerales. No obstante, en ese momento en que el ajo empieza a germinar, aparecen nuevos beneficios:
En el instante en que empieza a brotar se forman unas enzimas naturales que protegen a la planta joven contra los patógenos externos.
Estas enzimas nuevas que aparecen en el ajo lo que hacen es aumentar su actividad antioxidante para permitir que la planta crezca con más fuerza y con más salud. Es decir, a las propiedades naturales del ajo, como son su poder antibiótico y depurativo, se le añade su propiedad antioxidante, muy eficaz para luchar frente a los radicales libres que ocasionan el envejecimiento o la oxidación celular.
2. Nos protege del endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis) y de ciertos tipos de cáncer
Según un estudio publicado en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, los ajos germinados a lo largo de 5 días han mejorado su poder para eliminar los radicales libres gracias a las enzimas DPPH y ORAC. Todo ello se traduce en un mayor poder intracelular, capaz de protegernos del endurecimiento de las arterias y del ataque de diversas células que podrían ocasionar el cáncer de colon, de piel y de pecho.
Además, según estos estudios, el extracto de brotes de ajo es muy adecuado para protegernos frente al daño neuronal y el riesgo de ictus u otras enfermedades neuronales.
¿Cómo puedo consumir el ajo germinado?
Es importante tener en cuenta una serie de aspectos que nos ayudarán a sacar el máximo beneficio a los ajos germinados:
No compres ajos germinados en el supermercado. Lo más probable es que hayan germinado en malas condiciones. De todos modos, para asegurarte de que están en buen estado, tócalos. Si están muy secos, pesan poco y son algo pequeños, no los elijas, pero si están prietos y huelen bien, puedes cogerlos. No obstante, siempre serán más sanos los germinados en nuestra casa.
Para consumirlos, basta con pelarlos y después, abrirlos por la mitad. Verás de inmediato el inicio del brote en el centro del diente del ajo. Deben tener un color verde muy fresco y llamativo. Nunca deben aparecer de color marrón o negro y, de ser así, deséchalos.
El ajo germinado tiene un sabor un poco más fuerte, así que en estos casos vas a necesitar menos cantidad a la hora de incluirlo en tus comidas. Basta con picar el ajo germinado y añadirlo a tus ensaladas, tal y como harías normalmente.
Para concluir, es interesante saber que los alimentos germinados contienen grandes beneficios para nuestra salud. Es ese momento en que el vegetal está creciendo, está germinando para convertirse en planta y ofrecer así nuevos frutos. Durante dicho proceso aparecen más vitaminas, más proteínas y se eleva además su poder regenerativo y revitalizante.
Vale la pena tenerlo en cuenta y beneficiarte de otros alimentos germinados como pueden ser las cebollas, los garbanzos, el hinojo, la alfalfa, los rábanos, la rúcula… Tesoros de la naturaleza que no deben faltar en tu dieta.
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